Seguimos avanzando en técnica y cada vez tiendo más hacia el color y la libertad de las manchas.
Es un óleo sobre cartón entelado.
El proceso
Hizo tanto calor estos días que, unido al hecho de que seca antes en este tipo de soporte, tenía que mezclar los colores directamente sobre el lienzo con aguarrás para poder extenderlos porque se secaban en la paleta. Es la primera vez que hago esto y se consigue un acabado distinto que se puede observar en el detalle de la cara de más abajo.
El dibujo de arranque ya me gustaba mucho pero al ir dando color, se me fue un poco de los límites hasta el punto de que estaba pintando a su hijo en lugar de a ella. Nada que no solucione un replanteamiento.
Esta realizada con los colores habituales: siena tostado, carmín de Garanza, azul de Prusia, blanco titanio y amarillo zinc.
Cosas que se aprenden y que a veces se olvidan: las sombras no son negras ni los brillos blancos, si no de cualquier otro color, especialmente los que rodean al objeto y forman la imagen. En este caso el morado y el azul dieron buena cuenta de ello.
Algún detalle
En estas de cerca se aprecia perfectamente cómo la pincelada va cogiendo fuerza y soltura y el dibujo se desvanece.
La mirada me encanta y el gesto de la boca.
Espero que le guste a su hijo tanto como a mi.
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