A nuestra mitología, un Kitsune sería un Busgosu versión japonesa, y además es un tema bastante interesante para pintar, no ya por lo de protectores y demás si no por la parte de "convivencia camuflada".
Es curioso, cómo en culturas muy distintas aparecen los mismos mitos, pero más curioso aun es cuando dentro del propio país aparece en versiones distintas, como el de kitsune y Tsuru no Ongaeshi.
El proceso
Es el habitual, partiendo de un boceto a lápiz para definir contornos y sombras, se aplica una primera capa de tinta muy diluida sobre la que se va afinando.
El tema del color en esta tinta se solucionó con dos tintas diferentes, la roja de Pelikan que pese a tener un color bonito es demasiado transparente, y sobre ella una tinta para caligrafía china y sumié que pedí, pensando que era roja y resultó ser naranja...
Se aplican en mojado, primero la roja y luego la naranja y se diluye con agua limpia para crear ese efecto degradado.
Por último se delimitó a boli de tinta negra todos los contornos y se aplicó el fondo con tinta pura a pincel. Con ello seco, se dieron los volumenes y se pintó el fondo de abanicos con tinta dorada y el obi con la misma tinta naranja y roja.
Detalles
Por "las ansias pictóricas"tuve un pequeño problema y parte de la tinta negra del pelo se extendió por la máscara de mujer. Nada que no solucione un gouaché blanco. Los remates de las colas están hechos en boli de tinta blanca.
Me gusta la simpleza de líneas de las manos, me recuerda mucho a los ukiyoe de verdad.
De igual manera estos relieves en el kimono me parecen una gozada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario